En febrero de 2018, un aficionado a la arqueología, Mike Smith, descubrió de forma fortuita un complejo funerario de unos dos mil años de antigüedad en Pembrokeshire (Gales). Durante este último año, el equipo de arqueólogos que se hizo cargo de la excavación ha encontrado las ruedas y las llantas de un carruaje, una espada, bridas de bronce y parte de un arnés de un caballo, conjunto datado sobre el año 600 a. C.
Cadenas de la brida de un caballo (fotografía de Mike Smith)
Todavía se desconoce si el carro era de guerra o ceremonial, pero debajo del mismo se supone que todavía podrían aparecer más armas o un tesoro. Además, junto a estos restos el radar ha descubierto restos de zanjas y muros enterrados, que posiblemente indican un asentamiento celta desconocido de la Edad del Hierro.