Carlos Sanz Mínguez, director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, de la Universidad de Valladolid, hace pública denuncia de las acciones clandestinas de remoción de terrenos en la Zona Arqueológica Pintia documentadas en su necrópolis de Las Ruedas y en el aledaño pago del cenizal de El Espino (A).
•El pasado lunes 27 de septiembre, a las 20,44 h, fui informado telefónicamente por un vecino de Padilla de Duero de la presencia, en los citados pagos, de remociones del terreno, las cuales pese a ser tapadas después de realizadas, se delataban por diferencias de humedad y color. •El martes 28 de septiembre, a las 10,00 h, realicé una inspección superficial del terreno localizando, efectivamente, la ubicación exacta de dichas evidencias de “buscatesoros”. Ese mismo día por la tarde se procedió a obtener fotografías con dron que facilitaran ver con perspectiva aérea la incidencia de la acción. Entre las imágenes presentadas con esta denuncia puede observarse la zona de máxima concentración de tales remociones ilegales probablemente realizadas con ayuda de un detector de metales (B). •Finalmente, el miércoles 29 a lo largo de la mañana se realizó una prospección por todas las áreas de la Zona Arqueológica Pintia para comprobar si las acciones ilegales se habían extendido a otras áreas. En consecuencia, podemos afirmar que estas han afectado exclusivamente a la parcela 59, polígono 502, en cuya superficie se extiende el cementerio de Las Ruedas, donde han sido documentados media docena de hoyos (C), y al cenizal contiguo de El Espino, donde se produce la mayor concentración de hoyos hasta completar la veintena. •La acción furtiva se vio favorecida por la combinación de la arada de la parcela y la lluvia de los pasados días, lo que proporciona unas condiciones de alta visibilidad en la prospección y facilita la acción de la excavación una vez los presuntos detectores de metales señalan la presencia de algún objeto. •Ha podido ser determinado que se trataba de una pareja de furtivos a través de la observación de las huellas impresas en el terreno y que su acción se inició desde el camino que conduce a la central La Josefina a la altura del mirador de la necrópolis de Las Ruedas, progresando en dirección norte hasta alcanzar el límite del arroyo de La Vega. •No es posible evaluar el daño que estos veinte hoyos han podido inflingir a la historia que atesora el yacimiento de Pintia, por cuanto nada sabemos del botín obtenido, pero la presente denuncia se formula en el convencimiento de que estas acciones clandestinas merman un legado patrimonial que a todos nos pertenece y que es necesario preservar para su investigación aplicando metodología y conocimiento arqueológicos.
Para terminar, seguimos considerando que arar un cementerio, y más en un terreno improductivo como el de Las Ruedas, es inadecuado y que la Administración competente hace tiempo que debería haber ejercido acciones cautelares que dificulten las de los clandestinos. En el sector rehabilitado de la necrópolis de Las Ruedas no hay remociones clandestinas, y de hecho las ocurridas en esta ocasión han procurado alejarse lo suficiente de esa área museográfica. Este cementerio es un lugar de memoria, cuyo legado material y cultural es imprescindible preservar adecuadamente y más cuando se trata de un patrimonio estratégico, declarado desde 1993 Bien de Interés Cultural. Hoy, para algunos, es un día triste, y tener que formular esta denuncia una tarea ingrata.