Si algo sabemos los vacceos es resistir. Ya lo hicimos hasta el último estertor ante las legiones romanas en fieros combates, en los que entregamos lo más florido de nuestros guerreros. No pudieron acabar con nosotros. Nos adaptamos y así conseguimos que incontables pinceladas de nuestra cultura todavía sobrevivan en buena parte de los usos y costumbres de las tierras de nuestros ancestros.
La última crisis se llevó por delante el desarrollo de un proyecto esperanzador y, superada aquella por fin, ahora enfrentamos nuevamente sendas oscuras que no sabemos dónde acabarán.
Aun así: ¡ánimo a todos los amigos pintianos! Ya queda menos para volver a pasear por Las Ruedas, rodeados por nuestro bosque de milenarias estelas blancas.
y aunque los vientos de la vida soplen fuerte, soy como el junco que se dobla, pero siempre sigue en pie