Un nuevo espacio para la memoria: cenotafios en Las Ruedas
X 28/08/2013
La eternidad, como concepto temporal, es una ideación religiosa que pretende trasladar una abstracción matemática, la no existencia del fin, a la memoria de sucesos y personajes que han sido y cuyo recuerdo pretendemos no perder, y por tanto hacer perdurar “indefinidamente”.
El espacio social, por antonomasia, dedicado a la memoria, es la necrópolis: “la ciudad de los muertos”, en cuyo recuerdo se construye y monumentaliza, se dota de contenidos formales y literarios, que pretenden garantizar la continuidad, “inmortalidad” (concepto en términos contables) de tales sucesos y personajes.
Como difusión de las actividades arqueológicas llevadas a cabo en la necrópolis de Las Ruedas en Padilla de Duero (Valladolid) está un conjunto de intervenciones, de orden restaurador, tendentes al reconocimiento de un singular territorio cultural, otrora dedicado a garantizar la preservación de la memoria. Hoy, en un contexto diferente, social y cultural, y en un territorio sin duda muy transformado, hemos pretendido salvaguardar la más abstracta de las funciones asignadas a la necrópolis: el ser soporte colectivo de la memoria histórica (ahora términos científicos). Además de un tributo al reconocimiento del pasado, está el interés de garantizar unas condiciones eficaces de conservación del propio yacimiento arqueológico.
Generando un nuevo contexto, con análogas funciones a las originarias, garantizamos “la eternidad” de la necrópolis incorporando la memoria reciente, de personajes ligados intelectual o emocionalmente al yacimiento arqueológico, mediante pequeños cenotafios o placas rememorativas, que sumen nuestra memoria, a la memoria de la historia (el lugar reconocido como territorio cultural), con una pretensión temporal indefinida: su inmortalidad.