Los recipientes cerámicos son uno de los hallazgos más comunes en las excavaciones arqueológicas. Y estimar su volumen es un aspecto relevante, por ejemplo, para conocer sus posibles usos y con ello saber más sobre la vida en el pasado. Un estudio interdisciplinar llevado a cabo por Ana Portillo, investigadora del Instituto de Matemáticas de la UVa y Carlos Sanz, director del CEVFW, plantea un nuevo método para su cálculo de forma más precisa.
Calcular el volumen de las vasijas completas encontradas en los yacimientos arqueológicos es relativamente sencillo. Según explica a DICYT Ana Portillo, se llena el recipiente con agua o, si la pieza es porosa o frágil, con semillas, y se transfiere el contenido a un cilindro graduado. Sin embargo, «esto no siempre es posible, sobre todo en el caso de grandes recipientes de almacenaje u otros incompletos o delicados». En estos casos se está recurriendo al modelado 3D a partir de los dibujos técnicos realizados de las piezas, pero este método plantea algunas limitaciones ya que los dibujos no son totalmente precisos, como tampoco lo son las vasijas, de modo que el cálculo computacional puede arrastrar errores. Según la investigadora, «incluso en el caso de afamados alfareros como los vacceos, con producciones estandarizadas hechas a torno de manera pseudoindustrializada, se observan vasos cerámicos con deformidades manifiestas o grosores de paredes variables a lo largo de su perfil». Este hecho complica los cálculos y ha motivado la búsqueda de un sistema más exacto. En concreto, los investigadores plantean aproximar el volumen utilizando varias secciones radiales y no sólo una, como se realiza en la actualidad, ya que «la precisión aumenta cuantas más secciones se usan». El nuevo método considera un número determinado de secciones radiales del recipiente: «para cada sección se miden los radios a distintas alturas equiespaciadas y se aplica una regla de cuadratura numérica que da lugar a una aproximación al volumen de revolución generado por esa sección. La media de los valores correspondientes a las secciones radiales equiespaciadas es una aproximación más precisa del volumen».
Para ensayar el método de medición, los investigadores seleccionaron una cerámica (153V), realizada a torno y procedente de una tumba excepcional correspondiente a un individuo juvenil femenino (de entre 13 y 20 años) de la aristocracia vaccea, recuperada de la necrópolis de Las Ruedas, de finales del siglo II a. C. Los recipientes cerámicos de esta época responden a una estandarización de formas, volúmenes y usos concretos, por lo que más allá de los valores de sus diámetros en boca, máximo o altura consignados tradicionalmente, su volumen constituye una variable cada vez más demandada, bajo la premisa de que su capacidad determina si se trata de recipientes dinámicos, semiestáticos o estáticos, y que las diferentes cabidas pueden responder a determinados patrones de medida establecidos. En este caso, «el perfil de la pieza 153V no es un simple cilindro, sino que responde a un perfil sinuoso, en el que además se aprecia una marcada deformación, fruto de su manipulación en fresco».
Cálculo del volumen del recipiente 153V con el nuevo método desarrollado
El método propuesto, que considera la media de varias secciones radiales, obtuvo una mejora considerable en la aproximación del volumen de esta pieza frente a la técnica tradicional, que utiliza una única sección. Un método que, además, tendría aplicación en otros campos en los que se necesita calcular el volumen de recipientes o cuerpos de tres dimensiones, por ejemplo, estructuras geológicas en la exploración de reservas de hidrocarburos o algunos tumores de geometría esferoide.
●Ana María Portillo y Carlos Sanz: «Fourth order method to compute the volume of archaeological vessels using radial sections: Pintia pottery (Spain) as a case study», International Journal of Computer Mathematics, 1-15 (2020) https://doi.org/10.1080/00207160.2020.1777405