XXIII Curso Internacional Teórico-práctico de Arqueología
X 27/06/2012
El día 1 de junio se incorporaron al curso internacional las nuevas alumnas: Sarah, Emily, Amy, Desirée, Ashlynn, Adriana y Magdalena. Ese mismo día tuvieron la oportunidad de conocer el yacimiento arqueológico de la mano del director, Carlos Sanz. Una semana más tarde se nos unió Catherine, de Australia, con lo que el equipo de junio quedó al completo.
En los primeros días de la excavación se procedió a la retirada del nivel superficial y se recogieron ya algunos materiales en posición secundaria; también afloraron las primeras estelas de piedra caliza. Gracias a este trabajo las alumnas identificaron a unos nuevos amigos: el pico, la pala y la criba.
Pero, como no todo es trabajo, también hubo tiempo para el ocio y visitamos la bodega tradicional de nuestro amigo Álvaro en Padilla de Duero y la bodega Pinna Fidelis, guiados por Álex, en Peñafiel. Además, visitamos la villa romana de La Olmeda, las ciudades de Burgos y Ávila y el yacimiento vetón de Chamartín de la Sierra.
En lo arqueológico, una vez finalizada la retirada del nivel superficial, se limpió y documentó el campo de estelas y se alcanzó, solamente en la zona más próxima a la intervenida en los años 2008 a 2010, la terraza fluvial de gravas y arena. Como parte del curso, tuvimos la siempre grata compañía de Ángel Rodríguez, dibujante del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Valladolid, que impartió una clase de dibujo de material arqueológico.
Más agotadora que la excavación resultó a veces la vida social, especialmente durante el fin de semana de la fiesta de San Antonio en Padilla de Duero. Las chicas se pusieron guapas para ir a la procesión del santo. Además, anduvimos de excursión por las murallas de Cuéllar, el acueducto de Segovia y fuimos a ver los grabados rupestres de Domingo García.
En la última semana comenzaron los hallazgos interesantes: una tumba, un depósito que aún no sabemos si interpretar como tumba, y, probablemente lo más novedoso e impactante, una reforma del arroyo de La Vega realizada hace unos dos mil años, seguramente hacia el cambio de la Era, para ganar terreno al cauce mediante la implantación de numerosas estelas echadas y alineadas a modo de escollera, lo que nos permite establecer uno de los límites físicos de este extenso cementerio.
Si queréis ver el desarrollo de nuestro trabajo, visitad la sección de galerías.