La cabra vaccea
de Miguel González
35 x 35 x 16 cm; bronce fundido y patinado.
La cabra salvaje como alimento y abrigo para aquellos pueblos que desarrollaron destrezas y técnicas de caza fundamentales para la supervivencia y el desarrollo de estas civilizaciones, trofeo y manjar para el propio disfrute y ofrendas para los dioses.
Retrospectiva: VacceArte 2009.