Para el vino y la amistad
de Manuel Sierra
Para el vino y la amistad da título a este pequeño cuadro (treinta por treinta centímetros) pintado con pintura acrílica sobre lienzo de lizo medio y tensado en bastidor de madera lo bastante ancho como para pintar también los laterales. Fijando la pieza sobre una tabla blanca, lisa y canteada y dándole barniz satinado al agua, se añade al cuadro una cierta consideración de objeto, de caja.
Traje a la pintura las imágenes de un jarro y una copa vacceos que sin vino serían un sinsentido pero con vino (que se deja ver), cobran todo su valor de celebración y la mejor celebración, pienso que es la amistad.
Es de suponer que la imagen tiene lugar en un momento del día en el que corre el aire trayendo algunas hojas que motean la estampa de asueto, tal vez de descanso en la siega del pan, no sé… Y todo ello pertenece al universo de lo humilde, de lo doméstico, de lo cotidiano y de esas emociones sencillas que dan sentido a todo.
Las bolas «tricolores» son un recurso de composición y sobre todo, son una manía que tengo.
Nada más por ahora. Salud.