El expolio del patrimonio
Durante los últimos treinta años, el CEVFW ha dedicado todos sus esfuerzos a la protección del yacimiento de Pintia, a la investigación de la cultura material del pueblo vacceo y a la difusión de los hallazgos realizados en las veintinueve campañas de excavación que se han realizado hasta 2018.
Hoyos furtivos realizados en febrero de 1990 No obstante, pese a la atención y vigilancia de los miembros y voluntarios del CEVFW y de la
Asociación Cultural Pintia, e incluso de los vecinos de Padilla de Duero, la acción de los furtivos se ha desarrollado en paralelo, con varios hitos trágicos, siempre amparados por la noche y la ausencia de compromiso de las distintas administraciones competentes en la materia. Así, una noche de febrero de 1990, los furtivos excavaron más de un millar de hoyos sobre una hectárea de la necrópolis de Las Ruedas para extraer de las tumbas las piezas de su interés. La remoción de la tierra profundizó hasta sesenta centímetros y afectó al nivel arqueológico y, en buena parte de los casos, a tumbas que se encontraban intactas y que sufrieron daños irreversibles. Los expoliadores se valieron de detectores de metales, pero, aunque la mayoría de los hoyos excavados eran superficiales, unos sesenta tenían más profundidad y en ellos destrozaron las tumbas existentes, alguna de ellas con más de cien objetos.
Y, todavía más cerca en el tiempo, en abril de 2004 los expoliadores regresaron de nuevo a Pintia y realizaron más de
trescientos hoyos en una superficie de diez hectáreas.
El expolio de Pintia visto con humor en el Diario de Valladolid Y volvimos a las andadas en 2021. El
27 de septiembre se descubrieron diversas remociones en el terreno realizadas por una pareja de furtivos que fueron denunciadas ante la Guardia Civil. En una primera inspección se localizaron unos veinte hoyos en el cementerio de Las Ruedas, número que aumentó hasta cerca de ochenta tras un minucioso estudio de las parcelas afectadas.
Para desgracia nuestra y del patrimonio que pertenece a todos, parece que esta sección está condenada a crecer de forma indefinida. Así, entre los días 11 y 12 de enero de 2024 otro desaprensivo abrió una zanja de 1,40 m de profundidad x 0,5 m de ancho x 230 m lineales, que partió en dos la ciudad de Las Quintanas, con una importante afección a los sistemas defensivos y a la zona urbana intramuros, en la que se vieron afectadas al menos dos manzanas de casas dentro del barrio sudoccidental, el más antiguo de la ciudad.
El estrago se traduce en unos 1200 m³ cúbicos de terreno afectados, donde el patrimonio arqueológico ya ha sido alterado y carece por tanto de un contexto específico que permita su correcta interpretación. El volumen de información destruida supera en un tercio al volumen de excavaciones con metodología arqueológica (900 m³) realizado a lo largo de doce años de investigaciones en Las Quintanas, en la zanja de excavación situada a tan sólo 120 m del expolio realizado.
En esta ocasión sí hubo visitas oficiales, con aspavientos y promesas, que, más de un año después y como era previsible, se han materializado en... nada. El atentado tuvo una amplia repercusión en los medios, como se puede apreciar en nuestra
Hemeroteca.
Vista de la zanja que partió en dos el hábitat de Las Quintanas