El territorio vacceo quedó estructurado por grandes centros urbanos u oppida, de 15 o 20 hectáreas de extensión media, que albergaron varios miles de habitantes, separados entre sí por una o dos jornadas de camino, por lo que se constituyeron en verdaderas ciudades-estado independientes.
La estructura social compleja que delata este modelo de organización, al frente de la cual se hallaría una oligarquía guerrera, encuentra refrendo en determinados ajuares suntuosos del contexto funerario o en los testimonios de las fuentes clásicas al referirse a la existencia de consejos de ancianos y asambleas eligiendo caudillos o decidiendo sobre la declaración de la guerra en cada situación concreta. Concluyente de la sugerida idea de auténticas ciudades-estado vacceas son las referencias de Tácito o Apiano sobre campañas dirigidas no contra el pueblo vacceo sino contra ciudades concretas como Cauca, Intercatia o Pallantia.
Estas ciudades, de las que la mejor conocida es Pintia (Padilla de Duero/Pesquera de Duero), estarían configuradas por diferentes áreas funcionales: hábitat principal frecuentemente delimitado por obras defensivas a base de murallas de adobe y madera y fosos, arrabales extramuros, barrios artesanales, basureros, ustrinum, necrópolis, canteras, santuario, así como territorios de explotación y viales, estos últimos de definición más difícil.
El interior de la zona residencial parece articularse dentro de una trama de cierta regularidad, en la que una serie de calles, de mayor o menor entidad, delinean manzanas en las que se integran las diversas viviendas, cuyo módulo rectangular contribuiría, sin duda a cierta racionalidad en el uso y distribución del espacio.