La ciudad pintiana se situaba en este pago, un kilómetro al norte de la población de Padilla de Duero. Terrenos de labor agrícola en la actualidad, su relieve configura un pequeño tell que destaca en altura sobre el terreno circundante unos dos o tres metros, como resultado de la superposición de episodios constructivos sucesivos.
Esta zona del yacimiento, de unas 25 hectáreas de extensión, queda perfectamente delimitada entre el curso del río Duero y una línea defensiva artificial claramente observable en la fotografía aérea y recientemente detectada sobre el terreno, dotada de una compleja obra defensiva que incluye una muralla y un sistema de tres fosos consecutivos a lo largo de algo más de un kilómetro de perímetro.
Se han definido en este espacio varias fases de ocupación que abarcan desde el siglo IV a. C. hasta el VII d. C. La excepcional riqueza patrimonial de este conjunto, sobre todo en su episodio prerromano o vacceo, proviene de las reiteradas fases de destrucción violenta de las que fue objeto, lo que ha posibilitado disponer en la actualidad de "fotos fijas" de la vida cotidiana de estas poblaciones.